Doy gracias a la vida por tantas cosas que mis padres putativos lograron o cambiaron en mi para bien, quizá sin saberlo. En pequeños detalles para ahora ser y ver la vida diferente.
Agradezco por días de felicidad en la infancia, adolescencia gracias a uds, que varios años después me servirían tanto.
Cuando mis papás se separan y me dicen que no se amaban (*), tuve que preguntarme, buscar y descubrir que era el amor, empecé a voltear alrededor buscando parejas que se “quisieran”, no fue fácil, fue ahí cuando en el catálogo de memorias que guardaba en mi cabeza, resurgieron mis Padres Putativos.
Aprendí que era el amor, al revivir en mi mente lo que un niño veía fuera de casa, con muestras de cariño de pareja, unas palabras bonitas, un beso, un detalle, el ayudarse, apoyarse. Todo esto me ayudo para reinventarme, para no ser la persona, novio o esposo, que no decía te amo, que no decía palabras bonitas, que no daba muestras de cariño en público.
Estos recuerdos hicieron que me convirtiera en una mejor versión de mí. Espero algún día llegar a ser ese ejemplo y servirle a alguien más.
En el de la felicidad, aprendí una lección muy importante, si no es que la más importante acerca del dinero. Y es sobre utilizarlo para ser feliz uno mismo dando felicidad a los demás. Dar sin esperar. Viví muchos momentos de felicidad con los que ahora considero mis hermanos, que por cierto, no veo tanto cómo quisiera. Sé de las ocasiones que ayudaron a mi papas en momentos difíciles económicamente, gracias a esto les dieron tranquilidad y a nosotros como hijos felicidad.
Por esto y muchos cosas mas gracias, gracias, gracias. Estoy seguro que mucho gente no tiene la suerte que he tenido yo. No quería que pasara más tiempo sin escribir para expresar este agradecimiento. Y que sepan que soy el más orgulloso hijo putativo del planeta, por lo que son, han sido y seguirán siendo para mi y mucha gente más. Siempre viviré en deuda y agradecido, que soy un fiel soldado para regresar un poquito o mucho (si cuento con suerte) de tanto de lo que he recibido.
Padres putativos (Marcela y Jose Luis), los quiero y siempre los querré. Gracias.
(*) años después entendí que si se amaban y muchos, que su forma de demostrarse el cariño y quererse era diferente.